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JESUS ANDRADE, NUESTRO CURA, RECIBE LA ANTORCHA DE ORO DE MANOS DE CRISTOBAL

EL PRESIDENTE DE NUESTRA PEÑA HA QUERIDO QUE LA PRIMERA ANTORCHA DE ORO QUE IMPONE SEA LA OTORGADA A NUESTRO PADRE JESUS

FECHA: 15-02-2015
Hoy en la comida de celebración de Bodas de Oro y Plata, se ha impuesto una Antorcha de Oro. Era la primera que se imponía después de la muerte de Don José y por ende la primera que impone el presidente actual Don Cristóbal Navarro. Os dejamos el texto que ha leído Cristóbal en el acto de imposición.

Voy a proceder a la imposición de mi primera antorcha de oro, tras 9 meses desde que fui elegido Presidente de ésta Peña, es como si hubiera sido un parto y además primerizo. El primer hijo es especial para todas las madres y para todos los padres, se coge entre los brazos con el temor a que pueda caerse pero sientes el tremendo orgullo de haber creado una nueva vida que, con el tiempo, perpetuará la tuya. La imposición de mi primera antorcha debía de ser tan especial como el nacimiento de un primer hijo y me fui derecho al corazón, que es quien de verdad sabe elegir a la persona más adecuada y si no, que le pregunten a quienes hoy celebran sus Bodas de oro y plata. Mi corazón me dijo: “tiene que ser alguien como yo, que sea capaz de entregarme por entero, sin cortapisas, nada de hoy sí y mañana ya veré. Tiene que darme sin límites, a tumba abierta, aunque ello lleve consigo mi desgaste hasta la extenuación”. Mi corazón continuó diciéndome: “tiene que ser alguien que se olvide de sí mismo y que piense que yo no le pertenezco sino que soy de todos los que me necesitan”. Mi corazón añadió: “ha de ser alguien que actúe según mis impulsos, latido a latido, sin prisa pero sin pausa”. Mi corazón finalmente me dijo: “la primera señal de vida en el seno de una madre es mi voz y la última, en cada ser vivo, es mi silencio. Entre una y otra mi función es mantener la vida inyectando amor en cada golpe de mi sonoro compás”.
Pues, eso mismo es lo que ha hecho durante toda su vida la persona a la que he decidido, con la unánime aprobación de toda la Junta que presido, imponer mi primera antorcha de oro siguiendo, como no podía ser de otra manera, el dictamen de mi corazón. Él ha entregado el suyo a quien ha hecho falta y dónde ha hecho falta y lo ha entregado tanto que, hasta casi se ha quedado sin él. Un corazón exhausto de tanto caminar, desde donde sale el sol hasta el ocaso, para sembrar amor allí donde la tierra parecía estéril, baldía, olvidada. Un corazón ardiente, casi quemado, de tanto entregarse en las candelas de la incomprensión. Un corazón extenuado de tanto dar consuelo y esperanza a los carentes de libertad, preso como ellos, tras las rejas de la soledad y el abandono. Por todo ello, no es de extrañar que ese corazón necesite hoy un apoyo para seguir caminando, como lo es el bastón para la ancianidad. Hoy la Peña Antorcha, su Peña, le ofrece el apoyo de su gratitud simbolizada en una antorcha de oro que, aunque sin llegar a serlo del todo, esperamos que refleje lo suficiente, junto a su cansado corazón, el cariño y la admiración que todos sentimos por él. Por su entrega a los demás, por su entusiasmo, por su capacidad de mimetizarse con los entornos más desfavorecidos, por ser capaz de hacer hablar a Dios a través de sus labios, por predicar Su palabra con el ejemplo y, en definitiva, por ser uno más entre nosotros, como hiciera en su día Jesús de Nazaret, para demostrarnos a todos que si se quiere se puede, tan solo hay que ponerse a hacerlo.
Hoy tengo el honor y la entera satisfacción de imponer mi primera antorcha de oro, no a Jesús de Nazaret sino a Jesús de Torreblanca, a nuestro padre Jesús Andrade Ortega.

JESUS ANDRADE, NUESTRO CURA, RECIBE LA ANTORCHA DE ORO DE MANOS DE CRISTOBAL

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