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LA PEÑA ANTORCHA LE DICE "HASTA LUEGO" A DON PUBLIO

Hoy en la Catedral de Sevilla, la Peña Antorcha, la Asociación Virgen de los Reyes y S. Fernando, el Movimiento de Cursillos y Sevilla despiden al amigo de los jóvenes.

FECHA: 07-03-2016
Queridos amigos, hoy en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla hemos despedido a Don Publio Escudero, Sacerdote. Una mañana fría la de hoy, la que Dios quiso enviar sobre los cielos de Sevilla para que cuando su siervo D. Publio entrara por esa Puerta de San Miguel no se escuchara más sonido que el respirar de sus fieles, que dentro esperan, medio confundidos, la llegada del que todo lo dió por los jóvenes de Sevilla a los que tanto amó y a los que tanto "ayudó". Muchos de ellos lo esperan recordando el día que les aseveró: " Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre", después de haberles hecho prometer que se guardarían respeto y que se amarían hasta la muerte. Esta promesa ha sido la que ha cumplido nuestro querido D. Publio. El ha amado hasta el final, ha entregado su vida amando, a bien seguro cuando llegaba su último suspiro lo ofreció por la juventud y por los matrimonios de Sevilla. Siempre ha sido su preocupación la de ver como muchos nos vemos perdidos, siempre ha estado presto a escuchar y a ofrecer consejo y siempre acertaba. Siempre tenía esa palabra, esa frase, esa sonrisa, ese abrazo, esa palmada en el carrillo, ese beso y esa mirada que te lo decía todo. Y sus silencios, qué me decís de sus silencios, ¿alguno ha escuchado un mensaje más alto y más claro en esos silencios?. ¿Y su mirar al auditorio? Con sus ojillos entrecerrados que despistaba la dirección de su mirada y te hacía creer que era a ti a quien te miraba. Y era cierto, era a ti y a mi a quien miraba porque era a ti y a mi a quien hablaba. Su verbo no tenía edad, no tenía sexo, no tenía tiempo, no tenía caducidad; era un mensaje vivo, actual, era la vida vivida, masticada, estudiada, sufrida pues desde fuera veía nuestros problemas y conocía su solución. Esa solución que nos trasmitía y que en muchas ocasiones no la captábamos y la dejábamos pasar. Y el lo veía y sufría pero no se cansaba, el volvía una y otra vez y siempre lo decía, la solución a todo está en el AMOR. Amar al prójimo es la mejor medicina y el mejor remedio para nuestros males, y el prójimo empieza por los de casa. Qué razón tienes, amigo D. Publio, y sí, hablo en presente porque siempre estarás entre nosotros, siempre te tendremos presente y serán muchas las ocasiones que utilicemos tus consejos y muchas las que repitamos tus palabras. Tenemos la suerte de contar entre nosotros con uno de tus “escribanos”. De los que pasaban al ordenador tus magistrales textos de tus reflexiones. Ayer, sentado a su vera pude comprobar la admiración que despertabas en el corazón y en el alma de este buen amigo. Se notaba el vacío que la repentina e inesperada noticia había dejado en él. “Que pena, que mente se nos ha ido. Que lucidez en sus pensamientos, que sabiduría”. Luego, sosegado y ya más conforme daba las Gracias a Dios por haberte conocido y por haberte concedido tan larga y fructífera vida. Ese “escribano” era tu amigo e incondicional discípulo Cristóbal, nuestro Presidente, a quien casaste con Adeli hace ya casi treinta años, que digo treinta, casi cuarenta. Ese que esperaba con ansia las sabatinas de la mañana para escuchar tu sabiduría, de la que bebía y de la que aprendía y luego nos la transmitía. Querido Don Publio, es curioso, fuiste báculo fundamental que ayudó en los primeros pasos de nuestra peña, junto con el que fuera nuestro primer presidente Don José Almoguera, que siempre siguió tus consejos y que ya marchó a la casa del Padre, hace ahora ya 2 años. Hoy te marchas después de haber acompañado, también en sus primeros pasos al que hoy dirige esta Antorcha y al que siempre le decías y nos decías que tenemos que ser eso ANTORCHA, ser LUZ y CALOR para los demás. Descuida querido amigo que nuestra Antorcha, de la mano de Cristóbal, la elevaremos bien alto para que su luz y su calor lleguen a nuestro prójimo. Hemos querido acompañar a estas palabras una foto en donde te vemos feliz con tu gran amigo José Almoguera. Hoy estará jubiloso de ver como has entrado en el Cielo. Desde aquí os pedimos intercedáis por nosotros y nuestra Peña. Pedidle a la Madre de Dios, a la que tanto amasteis, nos proteja bajo su Manto. Gracias por tu vida y tu ejemplo, siempre te llevaremos en el corazón. Autor. Feliciano Jiménez.

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